Por David Warthon, socio de Impuestos de EY Perú
Los impuestos que recauda el Estado provenientes del sector minero en general pasan a ser administrados por el Gobierno Central directamente, es decir, el Tesoro Público. No obstante ello, conforme a la Constitución el 50% de lo recaudado por el Impuesto a la Renta -considerado como canon minero- es distribuido a los Gobiernos Regionales, Locales y las Universidades Nacionales de las regiones donde se realiza la actividad extractiva. Lo mismo sucede con la regalía minera, pues aun cuando no se trata de un tributo, ésta también es distribuida a los gobiernos locales y regionales de la zona de influencia y universidades.
Las tasas son las siguientes: En cuanto al Impuesto a la Renta (tasa del 29.5%), Impuesto General a las Ventas (18%), Impuesto Especial a la Minería (oscila entre 2% al 8.4%), así como los impuestos retenidos en el caso de dividendos (5%) e intereses (4.99% o 30%).
Asimismo, se encuentran otras prestaciones no tributarias de obligatorio cumplimiento para las empresas mineras como el pago de participaciones a los trabajadores (con la tasa del 8%), el pago por regalías mineras (que oscila entre 1% al 12%), y los pagos al Fondo Complementario de Jubilación Minera (con la tasa del 0.5%).
De este modo, la carga fiscal que deben asumir las empresas mineras, en virtud de los conceptos antes señalados, oscila entre el 44% al 52%, de acuerdo al margen operativo que obtengan, de modo que las empresas más rentables pagan un mayor porcentaje que las menos rentables.
Así, se puede observar que pese a la creencia de que las mineras pagan impuestos bajos y contribuyen con relativamente poco, en la realidad nos encontramos frente a una carga fiscal bastante alta. Sin embargo, nuestros homólogos a nivel de la región no tienen situaciones tan diferentes.
De tal modo, la carga fiscal minera por ejemplo en Colombia es la más alta, al tener una carga fiscal que puede estar en promedio en 48%, pero podría ser más alta dependiendo de cada empresa. En el caso de México oscila entre 48% y 53%. Chile, sin embargo, tiene menor presión fiscal aplicando una carga escalonada que sube en función del margen operativo, fluctuando entre 38% y 49%, cuando se distribuyen dividendos.
Entre las mejoras que se podrían trabajar de cara al tema tributario con el fin de hacernos aún más atractivos y competitivos para los inversionistas mineros, estarían por ejemplo una evaluación y mejora del diseño fiscal actualmente previsto. Así por ejemplo, en Chile se aprobó el Impuesto a la Renta escalonado que sube en función del margen operativo, lo cual permite gravar a los contribuyentes de manera más eficiente. Esto equiparado al caso peruano nos permitiría competir en una posición más igualitaria con Chile quien precisamente siempre nos gana por poco: por ejemplo en la producción cuprífera, donde actualmente somos segundos productores mundiales, precisamente debajo de Chile.