miércoles, abril 30, 2025
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“Chile nos sacó ventaja económica en la pandemia”

Presidente del directorio de BISA Ingenieria de Proyectos y de la ONG CIMADE (Centro de Investigación de Minería, Ambiente y Desarrollo), Carlos Santa Cruz es uno de los personajes clave en el boom minero de estos últimos tiempos gracias al cual, en gran medida, se logró cifras inéditas de crecimiento y de reducción de la pobreza en nuestro país. Sus opiniones son relevantes pues reflejan el modo de pensar de un sector de avanzada de nuestra economía.

Los expertos avizoran que la era pospandemia será la de un mundo en el que se acentuará el enfrentamiento entre China y EEUU por el control de los mercados y las materias primas, principalmente el cobre. ¿Qué debería hacer el Perú frente a ese juego geopolítico de las potencias, considerando las reservas de cobre que poseemos?

Tenemos el 10% de las reservas de cobre del planeta y un gran potencial por explorar. En el periodo postpandemia deberíamos hacer un esfuerzo para desarrollar y poner en producción la cartera de proyectos de cobre, de tal manera que, fines de esta década, nuestra producción pase de 2.4 millones a 4 Millones de toneladas métricas (™) de cobre fino por lo menos.

Aprovechando las oportunidades que, todo indica, se presentarán por el lado de la demanda mundial a partir del 2023 hacia mediados de la década del 30 alcanzaríamos los 5 millones de TM. Nos pondríamos así a la par o muy cerca de Chile que es hoy el primer productor mundial de cobre.

En lo inmediato, la construcción de los proyectos nos ayudaría en el proceso de recuperación de nuestra economía luego de la pandemia y la producción minera proporcionaría los recursos adicionales que necesita el país para una diversificación de la economía.

Es imperativo que el Gobierno, proactivamente, trabaje en la promoción de la inversión en el portafolio de proyectos de cobre, ya que la competencia en el mundo por estos recursos será muy dura. No debemos quedarnos con los brazos cruzados.

¿Cuál es el significado de la actividad minera para el desarrollo del país en términos generales? ¿Cómo nos encontrábamos antes del inicio de la crisis de la pandemia?

El sector minero, en términos macroeconómicos, significa más del 10% del PBI, 60% de las exportaciones y más del 30% de la recaudación. La minería directa e indirectamente genera más de 500 mil puestos de trabajo, con remuneraciones que están en el cuartil superior de la escala salarial del país.

Estos puestos de trabajo se ubican geográficamente en su mayor parte por encima de los 3000 msnm donde no hay otra actividad económica importante y generan una cadena de valor y un impulso decisivo a un amplio abanico de sectores y empresas.

¿Cómo ha enfrentado el sector minero la pandemia y como ha colaborado para ayudar en la lucha contra ella? Se ha señalado que los protocolos planteados por las autoridades no se ajustan a la realidad de muchas actividades económicas. ¿Pasa lo mismo en el sector minero?

El sector minero ha tratado de seguir operando teniendo como primera prioridad la salud de sus trabajadores y las comunidades. En términos generales los estándares de seguridad y salud ocupacional en el sector son bastante altos y están muy por encima de otros sectores productivos. No es presunción, es la realidad y tampoco significa que estemos exentos de cometer errores.

La ubicación remota de la mayor parte de operaciones favorece tambien los mecanismos de control en una situación de pandemia. Se ha detenido las operaciones siguiendo las recomendaciones del Gobierno y se ha adaptado todos los protocolos exigidos para enfrentar la crisis. Esta adaptación de protocolos no ha sido del todo fluida como se hubiera deseado por un exceso de controlismo de parte de la autoridad.

En estos momentos, ¿a qué capacidad operan los centros mineros?

A eso iba, lo más importante es que el sector ha hecho y continúa haciendo su mejor esfuerzo para seguir operando en condiciones de salubridad adecuadas, es esa la mejor contribución que puede hacer en estos momentos a nuestra economía, que ha sido duramente golpeada por una crisis cuyos efectos recién comenzamos a percibir. Esto sin olvidar los grandes esfuerzos y contribuciones gremiales e individuales que empresas y trabajadores han realizado para colaborar con el gobierno y la comunidad. Un ejemplo es la planta de oxígeno que Buenaventura llevó a Loreto y que ha ayudado a salvar muchas vidas. Es, como digo, un ejemplo, en todo el país la colaboración del sector privado con el Gobierno ha sido muy grande.

Pero, en cifras: ¿Se ha sobrepasado el 40 % de la producción anterior?

Actualmente, 10 de Junio, la minería peruana debe estar operando a un 60% de su capacidad. Sin embargo, hay que puntualizar que muchos trabajos de soporte (proyectos de ampliaciones y mejora continua) que deben de ejecutarse para sostener la continuidad del nivel de producción en el mediano y largo plazo podrían sufrir una demora mayor por que los protocolos limitan la cantidad de gente en la zona de operaciones. Esta situación podría comprometer producción futura, hay que trabajar ahora para resolver esta limitación.

¿Cuánto tiempo estima usted que será necesario para regresar al 100 %?

Deberíamos estar produciendo al 100% en Agosto, para ello es necesario acelerar el paso ahora en esto de los protocolos que señalé antes.

¿Cómo se vislumbra el futuro mediato, digamos los próximos 5 años, en cuanto a proyectos mineros nuevos?

Después de la expansión de Chinalco y la construcción de Mina Justa que terminan este año y la construccion de Quellaveco que entraría en operación en el 2022 no hay proyectos grandes en el portafolio.

Todos están en etapas tempranas que hay que acelerar para ponerlos en valor apartir del 2023. Para eso tenemos que trabajar ya. Al alcance de la mano está, por ejemplo, Tía María que solo depende de la voluntad política para arrancar.

No podemos darnos el lujo de dejar este proyecto en standby, este no es un problema del Valle del Tambo, es un tema nacional. El Gobierno debe garantizar a los pobladores del Valle del Tambo que no habrá daño ambiental a la agricultura y controlar a la empresa para cumpla con el Estudio de Impacto Ambiental que ha sido aprobado.  Los proyectos que no se hagan en el Perú se harán en algún país competidor, por eso no debemos dejar pasar las oportunidades. En el portafolio tenemos el cinturón de Cobre del Norte que incluye: Michiquillay, Galeno, Conga, Yanacocha Verde, Tantahuatay, Cañariaco y La Granja. Todos ellos podrían agregar más de 1 millón de TM de Cobre fino a la producción nacional con una inversión del orden de los 15,000 millones de dólares.

¿Qué significaría en concreto esto poner en valor nuestras reservas mineras en el cinturón de cobre del norte? ¿Qué pasaría con el PBI regional y nacional en 10 años? ¿Con la pobreza extrema? ¿Con los sueldos de los maestros o de los policías?

Significaría una explosión de la actividad económica en la región y también en el país. Durante la construcción y operación, el efecto agregado de estos proyectos significarian entre 1.5 y 2% del PBI. Por concepto de canon la región Cajamarca recibiría mas 500 millones de dolares anuales. Hoy día la venta de leche en toda la region Cajamarca suma 100 millones de dólares.

El presupuesto actual de la región Cajamarca (2019) es de 1,816 millones de soles de los cuales un 85 % se va en gastos corrientes, es decir, en pago de sueldos y gastos burocráticos, de ese 15 % restante que debe destinarse a inversión sólo se ejecutó, en 2019, menos de la mitad, 43 %. Incrementar la producción nacional minera en Cajamarca significaría unos 500 millones de dólares adicionales en impuestos para el gobierno central. Es evidente que al mismo tiempo se tiene que apuntalar la capacidad de inversión de los gobiernos en todos sus niveles y erradicar la corrupción que destruye cualquier esfuerzo productivo y genera desencanto y malestar justificados en la población.

El libro de César Humberto Cabrera sobre Conga sugiere que, si bien en los problemas que enfrenta hoy la gran minería formal hay aspectos sociales, económicos, ambientales y políticos; son estos últimos los que resultan determinantes. Ello es evidente cuando los gobernantes azuzan el conflicto, lo usan políticamente o, en el mejor de los casos, se ponen “de costado” y dejan a las empresas solas en la brega para sacar un nuevo proyecto frente a opositores que operan “en banda” y cuentan con recursos que les llegan de fuera o, en algunos casos, con el desvío de recursos públicos … ¿Cómo enfrentar este tema? 

No creo que en este momento sea viable una inversion de la envergadura que requiere el cinturón de cobre del norte si no hay un nuevo acuerdo social entre las organizaciones representativas de las comunidades, el gobierno en sus diferentes niveles y los inversionistas. Tiene que haber agua en la piscina para para tirarse. Esta es una tarea urgente.

¿Cómo explica tanta oposición política a la explotación minera sabiendo que este rubro genera ingresos al país por el orden de los 12 mil millones de dólares? ¿Es un problema de comunicación, decisión política o complacencia de los gobiernos frente a los grupos opositores?

Creo que es un problema de voluntad política de las partes involucradas. La comunicación puede ayudar mucho, pero no es lo decisivo. Lo que necesitamos son acuerdos sostenibles con mayor presencia del Estado, no adelantos sociales que se revisan cada 2 o 3 años. Necesitamos alianzas por el desarrollo que se extiendan por períodos largos, no hay otra forma. En esto, el liderazgo y presencia del Estado es fundamental. La iniciativa y disposición del sector privado es importante pero no suficiente. Los liderazgos locales tienen que mostrar apertura e interés en esta alianza que beneficia a todos, si esto no existe estamos construyendo castillos de arena.

Se sigue repitiendo que el nuestro es un país agrícola, pero tenemos una superficie cultivable muy limitada, las condiciones para la agricultura, la ganadería y otras actividades similares son escasas, especialmente en la sierra. ¿Por qué los gremios mineros no abren un debate sostenido a escala nacional sobre las posibilidades para el desarrollo de otros sectores que ofrece la minería formal como motor de crecimiento, respetando, desde luego, los estándares internacionales de cuidado ambiental?

No hay razón para que la actividad agrícola/agropecuaria y la minería no trabajen en armonía. Así ha sucedido y sucede en otras partes del mundo, los sectores productivos son complementarios, uno puede generar más empleo, otro genera mas excedentes, el kid del asunto es la eficiencia en la administración de la complementariedad, ahí, nuevamente, el rol de Estado es fundamental.

En los ultimos 20 años se ha generado riqueza, el problema es que no se ha administrado con eficiencia y honestidad y la población no ve los beneficios. Uno de los principales problemas de nuestro país es la falta de conectividad debido a los Cordillera de Andes, pero, por otro lado, los Andes son una bendición por que estan preñados de riquezas minerales como en ningún otro lugar del mundo. Para ser una nación conectada, más integrada, tenemos que vencer a los Andes con más carreteras, trenes y aeropuertos. Gran parte de esta infraestructura necesaria puede ser financiada si ponemos en valor nuestros depósitos minerales.

Ustedes, en CIMADE, hablan de un tren de oportunidad relacionado con nuestras posibilidades de competir con Chile en el liderazgo productivo de cobre y las condiciones que ofrece el mercado mundial. ¿Cuáles son los aspectos determinantes en esta competencia? ¿Por qué en Chile, durante la pandemia, la industria de producción de cobre bajo sólo al 80 % e incluso algunas operaciones batieron récords en marzo y abril? ¿Por qué los chilenos ven a la minería de cobre con orgullo y aquí se obstaculiza su desarrollo de manera creciente? ¿Qué es aquello que, en este terreno, han hecho las grandes empresas chilenas y el estado que no se ha hecho aquí?

A pesar de que hemos duplicado nuestra producción de cobre en los ultimos 10 años, todavía somos un lejano segundo productor con 2.4 millones de TM de cobre fino, es decir el 50% de la producción de Chile y competimos con ellos en el mercado mundial para atraer inversiones. Tenemos que aprovechar la demanda favorable de cobre de los próximos 20 años debido a su mayor utilización en los carros eléctricos y nuevas tecnologías, la continuidad del consumo de la China y potencialmente la India, así como el proceso de desarrollo de los países del hemisferio Sur.

Sí, efectivamente, en Chile la minería prácticamente continuó operando durante la pandemia, tuvieron una estrategia diferente a la de nosotros. Parecería que esto los va a ayudar mucho ya que las proyecciones de Banco Mundial indican que el impacto de la pandemia en la economía en el Perú sera el doble que en nuestro país vecino. La minería en Chile es reconocida como una actividad muy importante por la población en general, tienen orgullo de su producción minera y del cobre en particular. Aquí no pasa lo mismo, tenemos en ese aspecto una tarea de educación y divulgación muy importante. Creo que nuestra última publicación “Cobre: Futuro del Perú” es un aporte importante, pero todavía hay muchísimo más por hacer.

Fuente: GUIK

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